Este fué, sin ninguna duda, el ejercicio más famoso en la historia de la gimnasia olimpica que la «pequeña» Nadia Comaneci realizó en las paralelas en Montreal 76. El primer 10,00 olímpico. La perfección. Miles de aficionados a la gimnasia (y al deporte en general) son capaces de reconocer a la niña seria de flequillo perfecto y coleta alta adornada con lazos de algodón. De contar que los marcadores de Omega mostraron un luminoso 1,00 porque no estaban preparados para la ocasión. De citar a la rumana, que entonces tenía 14 añitos, como la gran estrella de aquellos Juegos, a la altura de Mark Spitz cuatro años antes, de Bolt en Pekín 2008, de Phelps en Londres 2012.