Estamos en una época de cambios y nuestra vivienda no se queda atrás y menos la cocina que es uno de los lugares más importantes de la casa. La
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con micro cemento es una manera sencilla de conseguir una mayor limpieza y ganancia de espacios en esta zona de la casa.
Las cocinas de los ochenta
Los años ochenta fueron singulares en muchas cosas, ropas, música, vehículos y deportes… pero en mobiliario y tipos de cocinas entraron con fuerza en nuestras vidas. Heredamos de nuestros mayores cocinas con muebles de Raylite, cocinas completas de gas principalmente (aunque aún quedaban algunas cocinas de sobremesa en viviendas menos pudientes). También una ausencia de grandes electrodomésticos eléctricos. Me refiero que era habitual no tener hornos, normalmente los hornos estaban en las cocinas completas esas que hasta tenían el hueco para la bombona de butano.
Tampoco era fácil encontrar un microondas, ni tostadores e incluso las campanas extractoras, cuando existían eran simples ventiladores extractores en la pared sin ningún tipo de filtración. Además era habitual tener una mesa en la que desayunábamos, comíamos y se cenaba.
Primera reforma de moda de nuestra cocina
Llegó con fuerza la primera gran reforma en nuestras cocinas, luego se ha mantenido, pero entró en la segunda mitad de los años ochenta la llamada cocina americana siempre que era posible. Abrir un boquete en la pared y poner una barra entre la cocina y el salón, normalmente sin nada que lo cerrase. La mesa de la cocina con este cambio desaparecía y se comía en esa barra con taburetes.
Surgían los botelleros para el vino, nos hacíamos todo unos expertos, pasábamos del vinacho de nuestra tierra a buscar ese rioja crianza. Que eso es bueno, no es malo conocer y probar cosas nuevas, pero se perdió un poco la esencia. Hoy en día esos alimentos, entre los que están los vinos, se están recuperando y poniendo en valor.
Y se llenó la cocina de pequeños electrodomésticos
Electrodomésticos de todo tipo llegaron, y lo que no eran electrodomésticos como los cortadores de mil formas para nuestras verduras a veces de dudosa calidad o efectividad.
Famoso fue ese cuchillo eléctrico, las cafetera de goteo (la Melitta), algunas batidoras de vaso y las licuadoras. Como curiosidad en Iberoamérica se le llama licuadora a la batidora de vaso y casi no conocen lo que en España conocemos por licuadora. Y por supuesto llegaron los microondas a unos precios exageradísimos.
Lo peor de todo en mi opinión fue la lenta, pero constante desaparición de las paneras de nuestras vidas. Un cambio que se ha intentado recuperar pero que no ha terminado de “caber” en nuestras pequeñas cocinas actuales.
Bonitos recuerdos de unos tiempos, los 80, que no fueron perfectos pero que me vienen a nuestro recuerdo colectivo de vez en cuando.