Hablar de desastre es poco, si bien no era el primero que teníamos en nuestras costas, la tragedia del PRESTIGE sacudió a nuestro país hasta los cimientos. Fue causa en buena medida de la caída del todo poderoso Partido Popular en España, la nefasta gestión desde días antes del hundimiento, las mentiras y la “no acción” por su parte durante buena parte del inicio de la crisis le hicieron perder las siguientes elecciones…eso sí nadie dimitió.
El 13 de noviembre del año 2002 fue la fecha, pero días antes ya había comenzado la catástrofe, el petrolero Prestige había zarpado del puerto de Venspils (Letonia) con más de 79.000 toneladas de fuel de alta densidad a bordo y con rumbo probable a Singapur, aunque esto último no se pudo demostrar ya que no figuraba en los registros del barco y el armador decía que iban camino de Gibraltar, esto último no se pudo comprobar tampoco ya que en Gibraltar nadie reconoció jamás que esperaba dicha carga. Las mentiras ya empezaban en este caso desde antes del desastre medio ambiental. Esta práctica de no informar, o hacerlo de manera errónea, es relativamente habitual en los buques con bandera de conveniencia (Bahamas) para esquivar aranceles o lograr permisos de paso.
Este buque Prestige fue botado en 1976 con el nombre de Gladys, habían pasado ya sus mejores años estando en estado de mantenimiento malo y ya llevando a sus espaldas algunas sanciones por ello. Además era un barco monocasco, en la actualidad todos los grandes petroleros deben de ser de doble casco para evitar desastres parecidos. En esos años pertenecía a la empresa Mare Shipping de Liberia y la carga era de una empresa rusa erradicada en Suiza…cómo podéis comprobar todo muy cristalino.
UN ACCIDENTE Y ALGUNAS MALAS DECISIONES
El 13 de noviembre mientras navegaba frente a las costas gallegas el capitán, un hombre de mar con más de treinta años de servicio como capitán notó un fuerte golpe, escorándose rápidamente su embarcación unos 25-30 grados solicitando ayuda a las autoridades a las 15:15 horas de dicho día. Había temporal en la zona y la escora del barco hacían que pensase que podría hundirse el barco, en ese momento el buque se encontraba a unas 28 millas del cabo de Finisterre.
A las 18:30 horas el helicóptero de rescate ya había rescatado a la tripulación, menos al capitán, primer oficial y el jefe de máquinas que se negaron a ser remolcados hasta que no negociaron con el armador el valor del rescate del buque…. Se inició el remolque a las 21:02 de ese día por el remolcador español Ría de Vigo.
Otros remolcadores llegaron junto al Prestige: el Charuca Silveira, el Ibaizabal I y el Sertosa 32. Además, la ausencia de tripulación en el barco, pues habían sido evacuados esa tarde, obligaba al personal de rescate a subir al Prestige a enganchar los amarres con los que remolcar el buque, por lo que a las 2:21 de la madrugada dos tripulantes del Ibaizabal fueron depositados en el buque. Mientras tanto, el barco seguía perdiendo fuel, que llegó esa madrugada a Muxía.
Al amanecer el buque se encontraba sólo a 4 millas de la costa, se barajaban varias opciones, desde hacerlo embarrancar en una zona controlada, meterlo en el puerto de La Coruña y trasvasar allí el fuel que le quedase … o alejarlo de la costa y “que se lo coma el mar”.
Las autoridades, sin embargo, solo propusieron la solución de alejar el buque de la costa para evitar que quede varado en ella. Fue entonces cuando el consejero de Pesca, López Veiga insiste en que “Hay que sacar ese barco de ahí de una puta vez”. Posteriormente se supo que el ministro de Fomento, Álvarez-Cascos, solamente solicitó informes técnicos cinco días después del accidente, cuando ya se había tomado la decisión de abandonar el barco, decisión que tomó por lo tanto basándose en opiniones de altos funcionarios, pero no técnicos. A las 10:20, el director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, ordena que el barco se aleje de la costa en lo que se cree que fue una orden directa del ministro Álvarez-Cascos. El capitán no encendió los motores hasta las 15:30….no creáis que lo hacía por no provocar la catástrofe, “defendía su pasta” del rescate ya que sabía que alejarlo de la costa era para dejarlo que se hundiese. Capitanía ya había mandado a bordo a Serafín Díaz Regueiro para que hubiese tomado el control de la embarcación aunque no hizo falta ya que el capitán griego acabó obedeciendo las ordenes de capitanía.
Esta opción fue la que se eligió por parte de las autoridades españolas. Las decisiones del politicucho de turno, el intentar asegurar el asiento y el desconocimiento más absoluto por parte de las autoridades de las consecuencias hicieron que el posterior hundimiento de la nave provocase la mayor tragedia en el mar de la historia de España.
Os dejo la transcripción de una de las grabaciones que salieron a la luz después entre el ministerio de Fomento y la Subdelegación de Gobierno en Galicia, el 14 de noviembre a las 18:53 horas se comenta:
Subdelegado de Gobierno (La Coruña)
¿El barco va muy lejos?
Fomento
Huy, ya está, Madre de Dios, estará a treinta y tantas millas.
Subdelegado
¿Treinta y tantas?
Fomento
No, como siga así, este llega a Groenlandia.
Subdelegado
Bueno, pues que llegue allá.
Fomento
Sí, joder.
Subdelegado
Vale, muy bien.
Finalmente el 19 de noviembre el petrolero Prestige se partió en dos hundiéndose ambos trozos poco después a unas 130 millas de la costa de Finisterre. La tragedia continuó aumentando, la distancia hizo que el resto del fuel se distribuyese llevada por las corrientes por toda la costa, principalmente la española, pero llego a Portugal y Francia. Lo que los especialistas, técnicos y gente de mar decían de haber contenido en la costa, acotando una zona de esta, acabó siendo el mayor desastre de España y el tercero de la historia con unos 12.000 millones de dólares de coste de limpieza y que, a fecha de hoy NO ha acabado. Los “hilillos”, calificado así por el vicepresidente de la época Mariano Rajoy, siguen saliendo de los restos hundidos y todavía se encuentran en la costa con cierta frecuencia.
Hoy en día, la popa se encuentra a una profundidad de 3545 metros y la proa a 3820 metros, separadas una de la otra una distancia de unos 3,5 km. Tras la extracción de esas 14 000 toneladas de fuel restantes en 2004, aún quedaron restos adheridos a las paredes del pecio que fueron imposibles de quitar, unas 700 toneladas en la popa y entre 300 y 400 toneladas en la proa.
La llegada del “chapapote” en grandes cantidades provocó una gran marea negra con las costas llenas de restos. La comunidad se puso en marcha, generando una avalancha ciudadana ante la inacción de las autoridades. Se recogió durante muchos meses toneladas de residuos de la costa. La frase NUNCA MÁIS se popularizó, más de 55.000 voluntarios fueron a la costa a trabajar para limpiar la zona. Posteriormente se creó como asociación con ese mismo nombre, y el Partido Popular llegó a acusarlos de politizar el caso y … de igual que hoy en día utilizó la técnica de comparar a toda la oposición con los terroristas de ETA.
Podríamos seguir hablando acerca de cómo sólo se encontró culpable al capitán del Prestige, pero de un delito menor por lo que nunca entró en prisión por el. Los responsables de enviar a alta mar el petrolero para que se hundiese lejos de la costa nunca fueron declarados culpables. Las autoridades españolas intentaron en dos juicios en los estados unidos hacer pagar a la empresa dueña del buque, pero nunca lo lograron y finalmente sólo cobraron una pequeña indemnización por vertidos de hidrocarburos en pequeños casos locales, se habla de unos ciento setenta millones. Así mismo podría completar cifras de aves muertas por el chapapote, playas perdidas y cientos de millones de perdidas de capturas de pescado o marisco….En el País Vasco estamos padeciendo las consecuencias de grupos como Nunca Máis. Lo que estamos padeciendo es la batasunización de la sociedad por parte de ETA. Su estrategia siempre ha sido crear estructuras sociales que, sin llamarse ETA, estaban al servicio de ETA«.
Jaime Mayor Oreja, 12 de febrero de 2003